10 razones por las que amo ser Chilanga

Nacer, crecer, amar, patear traseros y triunfar en la denominada Ciudad de los Palacios, me legitimiza como toda una Urban Princess.

Porque solo aquí se puede aprender rápidamente el amor-odio. El día a día de cualquier chilango que se ufane de serlo, ama y odia esta caótica y maravillosa ciudad. Lo mismo es enloquecedora que fascinante. Es importantísimo saber amar y odiar al mismo tiempo, eso mantiene el equilibrio. Amo odiar / Odio amar.

Porque la voracidad de los mounstros que habitan en ella me recuerdan lo afortunada que soy en ser una chica semi-dura en una ciudad totalmente dura.

Diversidad. A cualquier hora y día, siempre tengo muchas opciones para recrearme en mi tiempo libre. Mucho rock y conciertos de toda índole, antros de lo que se me antoje, una muy decente cartelera de cine, restaurantes, billares a la vuelta de mi casa, una nueva y muuuy moderna biblioteca al lado del Chopo donde encuentras los mas imposibles viniles. Uff! , con esto me basta . Eso sin contar la cartelera de teatro, los museos y exposiciones de lo que nos ufanamos diciendo que solo tenemos los chilangos, aunque nunca vayamos y nos quedemos viendo la tele en casa.

Más diversidad. Porque si quiero encontrar chicos lindos de diferente tipo solo tengo que excursionar. Por ejemplo, si quiero ver chicos cool, famosos son los de la Condechi y algunos en Polanco. Si quiero un chico tradicional y de buenas costumbres, me voy al sur-sur. Si quiero ver chicos rockeros, muy fácil, me voy de concierto. Si quiero chicos de veinte... basta pestañear... pero no, gracias. Y si necesito confirmación y quiero despertar pasiones platónicas, siempre me queda la escuela de escritores.

Es taaaan cosmopolita... cuando compro en las tiendas que se encuentran en Mazaryk ave. me siento sexy, chic, atrevida, exitosa, profesionista... wow! del primer mundo!, como si anduviera por la 5ª. Av. de Nueva York acompañada de Sarah Jessica Parker... a diferencia de cuando estuve allá lo único que pude comprarme en ese entonces fue un hot-dog de cuatro dólares mientras deseaba entrar a Barney’s. Juro que me sentí como del tercer mundo, mundo donde sobra decir, se ubica nuestro Distrito Federal.

Porque en ninguna otra ciudad puedes encontrar en cada esquina un desayuno completo que incluya tortas de tamal o de chilaquiles, licuados de jerez con huevo, y unas muy extravagantes y atascadas gorditas no solo de chicharrón, que incluyan carnitas!!!, si leyó Ud. bien de chicharrón CON carnitas.

Surrealismo. Porque nuestras anécdotas de robos, choques, desencuentros con nuestros vecinos, familiares y amigos, mis amores, la nota roja local, solo podrían cocinarse en el D.F. Al menos las mías siempre superan a las de mis amigos Regios o Tapatíos... los de Cancún ni mencionarlos.

Porque aquí aprendí a manejar como toda una profesional. Aprendí, que la luz amarilla del semáforo es una invitación para pisar el acelerador, que los retornos prohibidos solo existen si se encuentra ahí vigilando un tamarindo Ah! Y el peatón jamás es primero, claro, a menos que yo sea el peatón.

Porque he tenido muchos maridos chilangos y ahora si, ya estoy lista para el amor de mi vida .

10 bis. Porque es my porno city . Todo absolutamente todo siempre esta expuesto.

10 bis bis. Porque aunque nadie me lo diga, soy lo mejor que le pudo pasar a esta cuidad y a todo aquel que se cruce en mi camino.